Carlos Castillo Téllez
En un bosque muy lejano, vivía
una familia que era muy pobre. Apenas les alcanzaba para comer. Todos los días,
al amanecer, el padre se iba a trabajar mientras la mamá se quedaba a cocinar y
cuidar a los hijos. Una noche el papá llegó a la casa, pero no encontró a
nadie. Así que salió a buscarlos al bosque. Muchas personas le habían dicho que
no fuera. Después de un rato, regresó a la casa. Su esposa e hijos ya estaban
ahí. La esposa muy enojada le preguntó: “¿Dónde estabas?” Él contestó: “fui a
buscarlos.” Enseguida tocaron la puerta. Entonces, uno de los hijos abrió y
encontró una bolsa que decía: “Esta es tu recompensa por trabajar muy duro.” Adentro
había una semilla. Al otro día la familia la plantó. Entonces, pasaron 2
semanas y creció un árbol que daba frutos. De pronto, el árbol hablo: “Hola. Soy
un árbol mágico. Pídanme lo que quieran, yo se los concederé.” Toda la familia
pidió lo que quería: comida, un carro, etc. Después pasó el tiempo y un leñador
cortó el árbol. Pero como la familia ya era rica, decidieron regalar el árbol a
otra familia pobre.
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