Alejandro Amador Rodríguez
Había una vez un niño llamado
Kevin, quien quería ser pirata. Pero estaba muy triste porque no lo podía
lograr. Después su mamá llegó y le dijo: “no te pongas triste.” Pero el niño
seguía triste. Entonces, un día construyó su propio barco e hizo su propia
espada. Se puso muy feliz. Cuando terminó de comer fue a donde su papá iba a
pescar. Se llevó su barco y espada. Cuando empezó a navegar, vio atrás a unos
piratas falsos que pelearon con él. Kevin ganó. De pronto, vio a unos piratas
de verdad. Entonces pelearon. Kevin iba perdiendo pero recuperó fuerzas, venció
a los piratas y al final se dio cuenta de que era solo un sueño. Siguió soñando
y tuvo muchas aventuras.
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