Santiago Yafet Sánchez Medina Berry
Había una vez un león muy grande.
A los animales más pequeños les daba miedo verlo a los ojos. Un día el león se
fue a cazar muchos animales. Le gustaban mucho los antílopes, pero como no
encontró ninguno se fue. Escuchó a una liebre, a la cual cuidadosamente le
saltó encima. Enseguida, la liebre muy lista se movió y se metió a su
madriguera. El conejo salió, vio al león muy enojado, y le dijo: “¡qué bueno!”
Después salió a comer pasto. El león muy enojado vio un antílope y se puso
feliz. Entonces, el león, como una chita, fue por el antílope, pero no lo
alcanzó. El león muy triste vio un elefante. Él ya estaba muy cansado y aun así
se comió al elefante.
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