Cinthia Gutiérrez García
Había una vez un niño que se llamaba Pedro que abrazaba a un árbol y luego
abrazo a otro árbol porque los quiere
mucho.
El niño les regaba agua a los árboles. Entonces el niño ya estaba feliz
porque ya crecieron los árboles. Puso una hamaca en los árboles y se quedó
dormido.